Mi pueblo es muy chico para eso, supongo. Pero donde trabajo, que hay más de 35.000 habitantes, sí que he visto papeles en los parabrisas de los coches anunciando este tipo de locales. En tiempos de crisis se ven cosas que antes no se veían, o no tanto.
No tiene nada que ver con el oro, pero sí con lo de la crisis. Hace unos meses pasó por las calles de mi pueblo un afilador, de ésos que te afilan los cuchillos y tijeras con un torno que lleva en una bicicleta. Pasan tocando una especie de flauta de los Andes como la imagen que pongo, pero de plástico, para que la gente sepa que está pasando por su calle. Los que seais de pueblo, supongo que lo habríais visto hace años. Pues si estos oficios vuelven, es mala señal, ¿no creeis? Es porque ese hombre no tiene otra cosa a la que agarrarse, supongo yo.
En fin, esperemos que el chaparrón no dure demasiado. Aunque yo creo que unos años, sí que va a durar. Ojalá me equivoque y se pase antes.