El raquítico interés que están ofreciendo los depósitos bancarios está obligando a que los usuarios atesoren sus recursos en cuentas corrientes a la vista: ofrecen una remuneración escasa o nula, pero de esta manera tienen sus ahorros siempre disponibles. Los bancos, conociendo la situación, no han dudado y han aprovechado para subir los costes de mantenimiento y los movimientos.
La remuneración media de los depósitos se estableció en el 0,79% en septiembre de 2014, tras encadenar doce meses consecutivos de descensos. Un año antes, el tipo estaba en el 1,74%. Y el coste anual por mantener una cuenta corriente puede ascender hasta los 170 euros.
De esta manera, los ahorros de hogares y empresas españolas en cuentas a la vista sumaron un total de 480.578 millones de euros a cierre de septiembre de 2014, lo que supone un crecimiento del 11% en relación con el mismo mes del año anterior y el nivel más alto registrado desde que el instituto emisor nacional empezó a elaborar la estadística, en 2003.
Además, no se espera que tendencia varíe. Es previsible que los volúmenes de las cuentas corrientes seguirán pulverizando récords en los próximos meses a medida que las entidades financieras recorten la remuneración de los depósitos a plazo hasta niveles próximos a cero.
Toda esto va en detrimento de los ahorradores, pero a favor de los bancos, que están salvando sus cuentas. La competencia bancaria por ganar cuota se ha exacerbado en los segmentos más rentables, como el crédito a pymes, que se ha abaratado sensiblemente.
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