El gasto mensual de pensiones en España ha alcanzado en este mes de agosto los 8.042 millones de euros para abonar las 9,2 millones de prestaciones que hay cubrir. Esta cifra significa un aumento del 3,1% respecto al mismo mes de hace un año, según los datos publicados por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social. Además, mientras que el número de pensiones ha crecido un 17% en una década, con el de ocupados no ha pasado lo mismo.
Viendo estos datos, lo primero que podría surgir es un impulso de recurrir a un plan de pensiones privado para asegurar un capital para la jubilación. Sin embargo, sería una de las opciones menos aconsejables. A pesar del bombardeo de la publicidad de las entidades financieros este producto no es el más ideal para el ahorrador medio; es más, es casi un cúmulo de desventajas: las comisiones están por las nubes, ofrecen una escasa rentabilidad para capitales pequeños, no se tiene disponible hasta después de 10 años o la jubilación y la desgravación fiscal que ofrece es, cuanto menos, cuestionable.
Existe otro dato preocupante: el 51% de los empleados españoles asegura no estar ahorrando de cara a su jubilación. Incluso hay un 8% que declara no tener la intención de hacerlo en un futuro. El problema ya no es sólo que ciertos consumidores no destinen una cantidad para la jubilación, si no que muchos ni se lo pueden plantar por escasez de capital.
Lo más importante para no tener problemas y disfrutar de un retiro más estable es diseñar uno mismo su propio plan de ahorro para la jubilación. El consumidor puede hacerlo mediante la contratación de uno o varios productos de ahorro que le van a ofrecer rentabilidades similares a un plan de pensiones privado, sin riesgo, pero con la tranquilidad de disponer de mayor liquidez. Son aconsejables productos como cuentas nómina, depósitos o cuenta de ahorro.
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